LCI Barcelona, Escuela Superior Oficial de Diseño – ¿Cómo deberían formarse nuestros jóvenes diseñadores?


Hoy quiero compartir con vosotros una experiencia muy enriquecedora. El pasado 31 de enero me invitaron a asistir a unas charlas coloquio en la LCI- Escuela Superior de Diseño, donde estuvimos debatiendo con Sílvia Viudas, Directora General , Beatriu Malaret, Directora de Pedagogía y Calidad, Jordi Rotllan, Director de Comunicación, Marketing y Admisiones, Anna Pallerols, Responsable del área de Diseño Gráfico y Comunicación, Silvia Calvet, Directora del Master Oficial en Diseño, Creación y desarrollo de proyectos digitales, Ernest Costafreda, fundador y director creativo en CostalamelPau Garcia, fundador en Domestic Data Streamers, Silvia Costa, Responsable de diseño digital CCMA (TV3, Catalunya Ràdio) sobre cómo deberían formarse los futuros diseñadores en un entorno cada vez más digitalizado, donde el fruto de su trabajo visita menos las imprentas y más la red, donde la estética ayuda a entender mejor una página web o invita a permanecer más tiempo en el e-commerce, donde el diseño, como no, puede ayudar a generar negocio y a conseguir los objetivos empresariales de nuestros clientes.




Hay una máxima que se mantiene y refuerza más hoy en día “lo que no es bonito no vende, y digo que coge más fuerza en la actualidad porque estamos tan solo a un click de abandonar un entorno visualmente desagradable, es fácil, y no nos trae ningún compromiso con nadie. 
Las páginas webs, los videos, la publicidad, y tanto otros formatos visuales digitales donde el diseño juega un protagonismo esencial para conseguir captar la atención de los usuarios, es, en verdad, etéreo, tan fácil huir de ello como hacer click, a la vez que coge mucha más relevancia el caso contrario, si el usuario permanece, si los segundos de navegación en nuestra página crecen, es, sin duda, porque que hemos hecho MUY bien nuestro trabajo, y donde el diseño y el criterio estético juega un papel relevante, en Axioma&Co lo confirmamos cada día, y cada día nos preocupamos por ello.

Después de compartir mesa durante una hora,  con buen ritmo de diálogo e ideas, las conclusiones a las que se han llegado han sido que, más que formar a los jóvenes diseñadores en términos artísticos per se, deberíamos estructurar su formación de modo que los objetivos funcionales tengan especial relevancia para que puedan entender cómo van a aplicar sus conocimientos y sensibilidad, en qué entorno y sobre todo para qué sociedad, para qué propósito humano y social. Deben ser conscientes que con su trabajo establecen un diálogo desde una persona (diseñador) a otra persona (profesión X), ambos animales sociales, humanos.

Cohabitamos en un espacio cada vez más globalizado en el que podemos llegar al trabajo de un diseñador de Canadá tan rápido como al de uno de Australia; o nos resulta igualmente sencillo seguir en nuestras redes a ilustradores europeos, o etc y etc… Todo ello es de una enorme riqueza, nos aporta criterio y amplía nuestra visión a la vez que va engrosando nuestro background como profesionales.

Hoy en día nuestro entorno es mucho más rico, más global, más inmediato... y todo lo tenemos al alcance de un click, incluso un buen diseño.




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